Para aumentar las posibilidades de que una pareja dure y sea feliz, ayuda que la mujer sea más inteligente, 5 años más chica y provenga del mismo trasfondo cultural que el hombre, según estudio.
El título de esta nota es algo pretencioso y hasta sexista: la esposa perfecta parece parte de un anuncio de electrodomésticos de los 50.
Sin embargo, un estudio realizado por el European Journal of Operational Research invita a reflexionar sobre el tema de la pareja, así como los prejuicios y los estereotipos en torno a éste que se manejan socialmente.
De entre los resultados obtenidos se destaca que para un hombre que quiere una pareja duradera, según esta investigación, una mujer debe de ser aproximadamente 5 años menor, hasta el 27% más inteligente y debe de tener la misma herencia cultural, es decir, la unión debe de ser endogámica.
El estudio analizó a 1074 parejas de entre 19 y 75 años para descubrir qué factores eran los más importantes para una relación feliz y duradera.
Los investigadores aseguran que si se siguen sus recomendaciones —la endogamia, la menor edad de la mujer y su mayor inteligencia— se aumentan las posibilidades de establecer una relación de pareja provechosa en un 20%. Un ejemplo de este tipo de pareja sería, según el Telegraph, la Reina Isabel de Inglaterra y el Duque de Edimburgo
La experta en relaciones de pareja, Kate Fitges, dijo que la hegemonía intelectual de una mujer en una relación de pareja tiene sentido, ya que “es la mujer la que tiende a determinar el paisaje emocional de una relación”.
Ahora bien, además de que esto es solamente un promedio estadístico y es un tanto rdículo creer que la realidad personal se encuentra determinada estadísticamente (o ajustada a un orden numérico emocional), el estudio sugiere que son los hombres con poca capacidad mental los que están mejor hechos para una relación, como si lo que funcionara en estos casos es someterse al control y la voluntad de una mujer.
Esto se puede interpretar de muchas formas, por ejemplo, pensando que los hombres inteligentes no se mantienen en una relación de pareja por mucho tiempo ya que descubren que son capaces de mantener relaciones con muchas mujeres (o se aburren de una larga relación y buscan nuevas experiencias).
Por otra parte la definición de lo que es una pareja feliz no necesariamente tiene que ser determinada por la duración (y el mismo concepto de felicidad puede estar sesgado), de forma tal que los hombres inteligentes —al igual que las mujeres inteligentes— podrían ser más aptos para formar una relación de pareja más feliz al tener una mayor capacidad de manejo emocional y de creatividad.
En este sentido, un estudio como el aquí presentado tendría que hacerse justamente por hombres inteligentes y mujeres inteligentes bajo un nuevo paradigma que supere conceptos como el de posesión —esto es, uno en el que las nociones de “mi esposa” o “casarse” (cuya etimología es la misma de castrarse) se revelarían obsoletas.
El título de esta nota es algo pretencioso y hasta sexista: la esposa perfecta parece parte de un anuncio de electrodomésticos de los 50.
Sin embargo, un estudio realizado por el European Journal of Operational Research invita a reflexionar sobre el tema de la pareja, así como los prejuicios y los estereotipos en torno a éste que se manejan socialmente.
De entre los resultados obtenidos se destaca que para un hombre que quiere una pareja duradera, según esta investigación, una mujer debe de ser aproximadamente 5 años menor, hasta el 27% más inteligente y debe de tener la misma herencia cultural, es decir, la unión debe de ser endogámica.
El estudio analizó a 1074 parejas de entre 19 y 75 años para descubrir qué factores eran los más importantes para una relación feliz y duradera.
Los investigadores aseguran que si se siguen sus recomendaciones —la endogamia, la menor edad de la mujer y su mayor inteligencia— se aumentan las posibilidades de establecer una relación de pareja provechosa en un 20%. Un ejemplo de este tipo de pareja sería, según el Telegraph, la Reina Isabel de Inglaterra y el Duque de Edimburgo
La experta en relaciones de pareja, Kate Fitges, dijo que la hegemonía intelectual de una mujer en una relación de pareja tiene sentido, ya que “es la mujer la que tiende a determinar el paisaje emocional de una relación”.
Ahora bien, además de que esto es solamente un promedio estadístico y es un tanto rdículo creer que la realidad personal se encuentra determinada estadísticamente (o ajustada a un orden numérico emocional), el estudio sugiere que son los hombres con poca capacidad mental los que están mejor hechos para una relación, como si lo que funcionara en estos casos es someterse al control y la voluntad de una mujer.
Esto se puede interpretar de muchas formas, por ejemplo, pensando que los hombres inteligentes no se mantienen en una relación de pareja por mucho tiempo ya que descubren que son capaces de mantener relaciones con muchas mujeres (o se aburren de una larga relación y buscan nuevas experiencias).
Por otra parte la definición de lo que es una pareja feliz no necesariamente tiene que ser determinada por la duración (y el mismo concepto de felicidad puede estar sesgado), de forma tal que los hombres inteligentes —al igual que las mujeres inteligentes— podrían ser más aptos para formar una relación de pareja más feliz al tener una mayor capacidad de manejo emocional y de creatividad.
En este sentido, un estudio como el aquí presentado tendría que hacerse justamente por hombres inteligentes y mujeres inteligentes bajo un nuevo paradigma que supere conceptos como el de posesión —esto es, uno en el que las nociones de “mi esposa” o “casarse” (cuya etimología es la misma de castrarse) se revelarían obsoletas.
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